Llega la primavera y, con ella, el calor asoma la cabeza. A veces, nos preocupamos por cómo conservar aquellos pasteles que no podemos meter en la nevera. Te explicamos cómo asegurarte que tus pasteles estén en perfecto estado a la hora de comer.
Hay muchas maneras de acabar con esta inseguridad, aunque la principal tiene que ver con la selección de los ingredientes. Debemos tener mucho cuidado siempre, pero especialmente cuando llega el buen tiempo.
Tienes que saber que existen rellenos que no pueden ser refrigerados, como el fondant. Así que son ideales para los meses más calurosos. Son recetas que aguantan bien fuera del frigorífico: la ganache, el merengue suizo, la crema de mantequilla o el fondant, aguantan muy bien, entre cuatro o cinco horas sin pisar la nevera.
En este sentido, nuestros pasteles de viaje son una idea genial porque sus ingredientes aguantan muy bien fuera de la nevera.
Pese a ello, es muy importante que tengas en cuenta la temperatura ambiente. Siempre que puedas, es aconsejable tenerlos refrigerados siempre que sea posible para no romper la cadena del frío. Y una vez fuera de la nevera, no tendrás problemas, siempre y cuando esos pasteles estén a un máximo de 22 grados y no permanezcan expuestos al sol. En caso contrario, es posible que los ingredientes se derritan o se pongan malos y las bacterias hagan acto de presencia.
Por otra parte, hay rellenos que requieren siempre de conservación en la nevera, como por ejemplo las mousses, que llevan nata y derivados lácteos. La ventaja es que estos productos pueden conservarse congelados hasta el día que vas a usarlos. Para descongelarlos, se dejan a temperatura ambiente dos horas antes de su consumo (5 horas, si es invierno).
Una vez descongelados, este tipo de pasteles debe conservarse en la nevera, refrigerados. Y aguantan unas 48 horas.
La importancia del frigorífico no frost
La humedad y condensación, sinónimos de meter los pasteles en la nevera, también son enemigas a combatir en la conservación de los pasteles en casa.
Existen trucos que nos pueden ayudar ganar esa batalla. Por ejemplo, contar con un frigorífico no frost, que evita la formación de humedades en el interior.
También es importante introducir los pasteles en la nevera dentro de una caja de cartón, como la que te servimos en Pastisseria Garde, que ayudará a absorber esos vapores.
En cualquier caso, al sacar el pastel de la nevera, debes controlar que el cambio de temperatura no sea muy grande.