"Herencia de 5 generaciones"

Pastelería artesanal en Barcelona

PASTELERÍA ARTESANAL EN BARCELONA GARDE
«Tradición y calidad desde 1898»

Somos la herencia de 5 generaciones dedicadas a la pastelería artesanal en Barcelona y la confitería. Además del conocimiento también hemos transmitido el amor por nuestro oficio y las ganas de ampliar nuestros horizontes.

En nuestra pastelería en L’Eixample encontrarás una gran variedad de productos dulces y salados. Todos ellos realizados con dedicación y maestría, y cuidando de las recetas saludables, con productos frescos, seleccionados diariamente. Así tu paladar tendrá sabores y texturas inigualables, mientras cuidas de tu bienestar.

Desde antaño mantenemos el principio de hacer pan a diario. Así tienes productos de alta calidad siempre frescos. Los viernes ofrecemos un surtido más variado.

Ofrecemos un catálogo variado y productos según la temporada. Hemos sido reconocidos en el sector por la calidad de nuestras cocas de pascua y en verano nuestros clientes no paran de visitarnos para disfrutar de una selección de zumos naturales y batidos de la mejor calidad de frutas seleccionadas.

Visítanos y degusta nuestros productos en un ambiente atractivo, cálido y por supuesto con el servicio y atención que tanto nos caracteriza.

 

Nuestra historia

Soy Jesús Garde y quiero contarte nuestra historia. Todo empezó con Sinforiano Garde, mi abuelo. Nació en Mérida (Navarra), aunque la familia se trasladó a Zaragoza cuando su padre falleció.

Sinforiano empezó a trabajar a los 8 años de ayudante de cochero. A los 13, trabajaba de lunes a viernes de albañil, y los fines de semana en una pastelería. Este primer contacto con el oficio de la pastelería despertó en él un interés sin igual, por ello siguió trabajando en diferentes pastelerías de Zaragoza. Al su regreso del servicio militar, se trasladó al pueblo de su madre, Sádaba.

Por otro lado, a finales del siglo XIX, Alberta Echeverri, mi otra bisabuela, se casó en Sádaba de segundas nupcias con un confitero, Manuel Martínez. Alberta se unió al negocio de su marido, una confitería a la que todos llamaron “La confitería de la Alberta”.

Cuando el esposo de mi bisabuela, Manuel Martínez, falleció, Alberta colgó un anuncio para conseguir un confitero, al que respondió mi abuelo Sinforiano. Años más tarde, Sinforiano se casó con la hija menor de Alberta, Estanislada López.

 

Adoptando un nuevo nombre

Sinforiano y Estanislada continuaron atendiendo La confitería de la Alberta hasta que se mudaron a la Plaza de la Iglesia de Sádaba, cuando el negocio cambió su nombre por “Pastelería Garde”.

De este matrimonio nacieron Pilar, Jesús y Ángel. Los dos chicos se implicaron en el sector: mi tío Ángel trabajó en la industria pastelera, mientras que Jesús, mi padre, continuó con la actividad de la Pastelería Garde.

Por aquella época, las pastelerías de los pueblos se apoyaban con la venta de ultramarinos, y así hizo mi padre.

Con el tiempo, mi padre se casó con Carmen Martínez, mi madre, y tuvieron a Fernando, a Carlos y a mí, Jesús.

Años después muchos de los habitantes de Sádaba debieron emigrar a las ciudades y capitales de comarca. Fernando, mi hermano mayor, fue el primero en marchar una vez finalizó el servicio militar. Se mudó a Ejea de los Caballeros (capital de la comarca de las Cinco Villas), donde instaló su propia pastelería.

En el 1973, mis padres Jesús y Carmen, fueron invitados a Valencia por una casa de turrones. Al llegar a allí y conversar con los demás invitados, percibieron que, mientras los pueblos se estaban quedando cada vez más despoblados, las ciudades estaban creciendo. Mis padres buscar nuevos destinos y Cataluña, era una localización muy atractiva.

 

La llegada a Barcelona

Mi hermano Carlos fue el primero en viajar a Barcelona para trabajar y aprender cómo dirigir el negocio de la pastelería en una gran ciudad. Llegó entonces el momento en que mis padres decidieron que la familia debía mudarse a esta maravillosa ciudad.

Con la ayuda de un primo de la familia, mis padres consiguieron inaugurar su Pastelería Garde en Barcelona, situada entonces en un pequeño local en la calle Roger de Flor.

Mi vocación, gracias a la herencia de mi familia, estaba muy definida, así que a mis 16 años empecé a estudiar en el Gremi de Pastisseria a la vez que ayudaba en el negocio a mis padres.

 

L’Eixample nuestro hogar

Unos años más tarde me casé con Júlia. Cuando mis padres se jubilaron, Júlia y yo tomamos el relevo en la pastelería. Con los años, el local nos quedó pequeño y en el 2006 nos mudamos a Consell de Cent 421, al lado de El Periódico de Catalunya, donde continuamos hoy.

En nuestro nuevo emplazamiento ampliamos nuestro servicio, incluyendo una zona de cafetería y degustación en la cual hoy en día nuestros clientes degustan a diario las delicias que aquí elaboramos.

La nueva generación ya está también presente en la Pastelería Artesanal en Barcelona. Nuestra hija Silvia se incorporó hace unos años al negocio, después de haber estudiado en la Escuela Hofmann, dando un nuevo empuje. Así que, si nada lo impide, el horizonte ya está preparado para que Pastelería Garde pueda continuar dando su servicio de pastelería, degustación y catering durante las próximas décadas.

Por nuestra parte, como habrás podido ver, el amor al oficio lo llevamos en la sangre… Y así esperamos hacértelo sentir cuando vengas a visitarnos.