Las monas de pascua en Barcelona constituyen una tradición que representa que la etapa de Cuaresma y sus abstinencias ya se han terminado. El huevo que habitualmente llevan simboliza el principio de una vida nueva. Si buscamos el origen de la palabra «mona», algo que nos preguntan con frecuencia, podemos asociarlo al término árabe «munna» que consistía en un obsequio que los moriscos entregaban a sus señores.
En la antigüedad, la mona que regalaba el padrino el lunes de Pascua a su ahijado consistía en un bizcocho que se decoraba poniendo encima el número de huevos cocidos de gallina que correspondía a los años del niño. Según la costumbre, no se solía superar la cantidad de doce huevos, edad en la que se dejaba de regalar.
Las monas en la actualidad
La evolución desde entonces hasta ahora ha sido muy grande, incorporando el chocolate posteriormente y un buen número de figuras que adornan el pastel o bizcocho (pollitos, conejos, enanitos, casitas, setas, etc). Aunque aún se ven multitud de huevos de pascua de chocolate adornando bizcochos o de forma individual, cada vez es más frecuente encontrar verdaderas obras de arte que merece la pena contemplar. De hecho, una de las diversiones de los niños durante los días previos a Semana Santa consiste en observar durante horas todas las creaciones que hacemos en las pastelerías para poder elegir la que más les guste.
Las pastelerías de la ciudad preparamos con mucha dedicación las monas que con todo el cariño expondremos después en los escaparates para deleitar a niños y mayores durante todos estos días previos a la celebración. Para nosotros es una sensación muy reconfortante ver la cara de emoción de los pequeños al descubrir en un solo objeto dos de las cosas que más les gustan: su figura favorita de cómic y el chocolate.